27 ene 2008

Acoso laboral en la Administración pública


La violencia y el acoso laboral (mobbing) es un tema cuyo estudio y penalización es relativamente nuevo para la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este fenómeno sociolaboral es muy antiguo aunque su enunciación sea reciente[1].
Origen del término:
Mobbing[2] proviene de la lengua inglesa, del verbo “to mob” (atacar, asaltar) y de la biología, en tanto refiere al comportamiento de algunos animales que, generalmente acosan a un miembro para alejarlo del grupo.
Acoso laboral en la Administración:
El acoso laboral no es exclusivo de la empresa privada, también se da en la Administración. Sí en la administración pública (ayuntamientos, diputaciones, gobiernos y parlamentos), donde las acciones u omisiones violentas son ejercidas por una persona sobre otra (personal jerárquico, un tercero vinculado directamente con él). Este tipo de violencia es un ataque contra la dignidad e integridad (física y moral) y repercute en todos los ámbitos de la vida de la persona que lo sufre (físicas, psicológicas, sociales, económicas, etc.).
- Perfil del acosador: Los rasgos más habituales son la mediocridad, la envidia, narcicismo, necesidad de control, inseguridad, oportunismo, falta de transparencia. Algunas descripciones sitúan rasgos en el ámbito de la psicopatología (rasgos narcicistas, paranoides y psicopáticos principalmente). En general no pueden reconocer al otro como tal y solo lo considera en función de su “utilidad”, viéndose permanentemente amenazados por aquellas personalidades que, por su estructura y dignidad, no aceptan esta situación o la denuncian.

Perfil de la víctima: la mayoría de las investigaciones coinciden en señalar que las víctimas de acoso laboral, son personas con elevado sentido de la ética y de la honestidad, que en muchos casos han renunciado a mantener una postura “reprochable en lo moral” y suelen tomar partido frente a situaciones de injusticias (propias o ajenas) en el entorno laboral. Por su gran sensibilidad social, suele suceder que, la víctima se convierta en el “portavoz” de reclamos propios del grupo en general y de los más indefensos en particular. También se han destacado otras características como autonomía, alta calificación, empatía, popularidad, a la vez que cierta ingenuidad y dependencia afectiva. Estos rasgos, que en la mayoría de los casos debería premiar y reconocer a las víctimas, son probablemente los factores que actúan como desencadenantes de los comportamientos de acoso
Enfrentarse a las Instituciones por razones nobles y en defensa propia parece tener connotaciones "subversivas" y peligrosas. Desgraciadamente, muchas veces la persona termina renunciando y se convierte en un solitario errante, sumido en su propia lucha.
Notas:
[1] Ernesto Javier Díaz, Consejero Superior de la Universidad Tecnológica Nacional, Buenos Aires, 29 de Noviembre de 2006
[2] Irigoyen, Marie France (2001) El acoso moral en el trabajo. Buenos Aires. Editorial Paidos.

1 comentario:

marisa dijo...

la primen!! Soledad, la gente tiene miedo y se calla y aguanta, se aprovechan de la necesidad que tenemos de cobrar a fin de mes, si aseguraran que denunciar ésto terminaba con el despido del acosad@r... besos miles

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