11 jul 2008

Las horas perdidas

7 jul 2008

Acoso psicológico en el trabajo


El acoso psicológico consiste en la sucesión de episodios de maltrato psicológico por parte de una persona o varias durante un período determinado y frecuentemente. Su objetivo es anular, aniquilar y debilitar a la víctima a la que se considera una amenaza. El o la acosadora evita con esta estrategia que destaque y la lleva a cabo por ejemplo mediante críticas sistemáticas a su trabajo ya sea insultando o atacando su reputación con calumnias y/o rumores falsos.
Acoso no es que te echan la bronca en un momento determinado, sino una pauta que sigue una persona concreta con poder.

Se ejerce de formas diferentes:
Con el objetivo de desconcertar a la víctima, el acosador o acosadores ponen en evidencia a la víctima. Le achacan errores, faltas o comportamientos sin importancia no dejándole desempeñar su tarea con normalidad. Así mismo, obstaculizan constantemente su labor u actos, la ridiculizan y hacen circular calumnias.

El acosador: narcisista, psicópata y paranoide
Narcisistas: Tiene un concepto absolutamente inflado de sí mismo como compensación a un sentimiento de autoestima inexistente; así vive engañado, pero al encontrarse con personas que valen, se ve confrontado con su realidad y desde que percibe una amenaza piensa que tiene que anular o eliminar a esa persona
• Psicópatas organizacionales: Tiene una gran capacidad de seducción. Carece de normas morales; para él no existe el bien ni el mal, sólo lo que le beneficia o perjudica. Si un posible competidor puede hacerle sombra no duda en “cargárselo” porque, para él, "el fin justifica a los medios".
Paranoide: Vive permanentemente a la defensiva. Piensa que todos están contra él y quieren su puesto. Aunque esto sólo existe en su cabeza para un paranoico es claro; así que desencadena ataques contra esos “enemigos” que son los que más valen.
Esa actitud del acosador afecta lógicamente a los mejores recursos humanos de las organizaciones, a los que no aceptan ser manipulados, a los que lideran y a los brillantes. Todo eso repercute en los resultados generales de cualquier empresa u hogar.
Y, ADEMÁS, Padecen de MIA (“Trastorno por Mediocridad Inoperante Activa”. Es un mediocre que desprecia lo bueno, lo bello, lo grande, etc. Por esto es incapaz de valorar qué es bueno, malo, excelente, ineficaz.
Si un mediocre es un elemento que no tiene criterio propio y que cada vez sigue unos objetivos distintos, con el síndrome de MIA es aún más peligroso porque, no sólo no reconoce la excelencia sino que la persigue con todos los medios a su alcance. Esto lo hace con dos finalidades: progresar y no perder. En resumen, es un inoperante que no produce; es decir, no desarrolla creatividad, origina mucha burocracia que no conduce a ningún lugar y la hace cumplir a rajatabla.
Por el contrario, la persona acosada:
Suele ser una persona a la que le gusta trabajar y rendir. Suelen ser confiadas y carecen de habilidades sociales para defenderse de las críticas destructivas y capacidad de afirmarse; frente a un psicópata organizacional, un paranoico o un narcisista, son carne de cañón.

4 jul 2008

Mobbing: la destrucción del ser humano


Merece la pena leer este estupendo y descriptivo artículo de Juan Francisco González Framil: "Mobbing: La destrucción del ser humano"
“El jefe fue el primero en metamorfosearse en rinoceronte, para la mayor indignación de Botard, quien, a su vez, se convirtió en rinoceronte veinticuatro horas más tarde. ¡Hay que seguir el aire de los tiempos!- serían sus últimas palabras humanas.” (EUGENE IONESCO: Rinoceronte)

El acoso moral o Mobbing se ha convertido en una lacra laboral que últimamente azota con gran virulencia a los trabajadores/as de las administraciones públicas de este país, llegando a convertir el escenario donde se trabaja en un lugar donde se agolpan un día si y otro también los “muertos vivientes”.
El empleo de la fuerza es utilizado por los acosadores para resolver los conflictos, que ellos mismos han generado, anulando y destruyendo ya no solo al “otro” sino también a la familia del “otro”.
Este trabajador al que el acosador suele denominar “otro”, suele ser una persona con un gran sentido de la responsabilidad, de la honradez y del honor. Personas que no se dejan seducir por estos depredadores, cuyo único mérito ha sido intentar fagocitar a sus subordinados para convertirlos en unos piratas o en unos tiburones.
El depredador actúa de manera sutil provocando en el acosado un sentimiento de profunda frustración que en muchas ocasiones provoca insomnio, palpitaciones, jaquecas y un continuo malestar físico que se traduce en bajo rendimiento laboral, bajas laborales y una sensación de desamparo que incluso puede llevar, en los casos más graves, al suicidio.
En muchos casos el acosado, llega a sentir una profunda aversión o asco hacia su propio ser, culpándose de lo que le está ocurriendo y deseando que la situación por la que está pasando se extienda por la oficina para que alguien le ayude o le respalde en su sufrimiento diario.
Un reciente estudio afirma que la Administración Pública es el sector donde más casos de Mobbig se dan, debido sobre todo a que como “no se puede despedir a la victima, se le destruye”. Todo ello auspiciado por una serie de secuaces que en unos casos ven la posibilidad de eliminar a un posible competidor en un posible concurso “espurio” y en otros por que mientras acose a otra persona no me acosa a mí.
Este fenómeno, Mobbing, se da en instituciones de carácter público por su facilidad para provocar situaciones de conflicto, donde la jerarquía, el control y el poder priman sobre la productividad, la cooperación, la eficacia y la eficiencia, que por lógica debiera de ser la fuente de inspiración de la actividad de la Administración.

Fuente: http://www.xornal.com/article.php?sid=20080703191115&vote=4

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