19 may 2009

¿Tendrá consecuencias una firma contra de la arbitrariedad de los "poderosos"?


Después de un día denso, intenso, lunes... Se entremezclan sensaciones... Hoy he hecho algo que me lo pedía el cuerpo y el corazón, aunque no sé cuanto me costará ni qué consecuencias tendrá el garabato que he estampado en ese papel. Lo he hecho porque me ha parecido lo correcto y, además, parece que ahora otros luchan ahora por lo mismo que yo había luchado sintiéndome sola; hasta ahora, me había sentido sola. En coherencia, no podía mirar hacia otro lado. ¡Al menos, espero que sirva de algo, aunque no sé qué consecuencias tendrá!
Jefe, voy a decirle algunas cosas... Hace un ratito estaba acordándome de Mario Benedetti (Poemas de la oficina: 1953-1956), y aunque ustedes no tienen nada que ver porque él es un hombre sencillo, con gran corazón y usted es un pedazo de carne lleno de ambición, voy a decirle algunas cosas, aunque todas ya se las haya dicho antes:
Jefe, usted está aburrido, aburrido de veras. Hace veintisiete años que sabe sus asientos, que comprueba los saldos y revuelve el café...
Jefe, está aburrido y se le nota en los ojos, en la voz, en las órdenes, en el paso, en las mangas de esa chaqueta arrugada que simula ser moderna. Se le nota el aburrimiento porque usted está aburrido y tiene una vida pobre a pesar de sus asientos.
Jefe, usted está aburrido y cree que nadie lo sabe, pero lo sabemos todos. Eso último le molesta más que nada porque los supuestamente poderosos no pueden aburrirse, ni tienen miserias; sonríen indiscriminadamente para quedar bien con todos, aunque por detrás los apuñalen por la espalda; se creen eternos y usted, jefe, va a morirse como yo, como ése, como aquél.
Jefe, usted va a morirse, aunque pregone a los cuatro vientos que "ellos pasan y usted permanece". ¡Qué miseria! Lo que permanecerá de usted tan sólo será un mal tufillo y la babas de su lengua viperina.
Jefe, usted siempre ha estado sólo porque rodearse de serviles sirvientes para soltar globos sonda, amenazar y difundir cosas que no son verdad, porque eso para mi es estar solo.
Jefe, le decía que sabemos lo que esconde, lo que hizo, lo que se propone... Por eso usted está rabioso de ira y se le nota. Se le nota la rabia contendida porque puede escurrírsele el poder sobre el cortijo que no es suyo, es de todos. Usted ha destrozado algunas vidas, ha robado vidas, ha castigado a los que no se han vendido, a quienes no han tenido precio, a los que piensan, a quienes le molestan porque no son borregos, obedientes ni testigos silenciosos de su mala gestión y de sus trapicheos.
Por eso, esperamos que grite más, que diga más tacos, que dé más golpes en la mesa, que continué machacando al personal, muéstrese tal cual es de insoportables, orgulloso, tirano, ordinario y sin respeto hacia los demás. Ya estamos acostumbrados y a usted no le cuesta nada.
¿Se acuerda de su frase favorita? La ha repetido hasta la saciedad y la ha expresado con orgullo: a mis amigos, les enseño el culo, a mis enemigos les doy por culo y a los indiferentes les aplico la ley vigente. En efecto, se vale de la ley para legalizar lo que no es legal.
En fin...De momento, he firmado... ¡A ver qué pasa!



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