Merece la pena leer este estupendo y descriptivo artículo de Juan Francisco González Framil: "Mobbing: La destrucción del ser humano"
“El jefe fue el primero en metamorfosearse en rinoceronte, para la mayor indignación de Botard, quien, a su vez, se convirtió en rinoceronte veinticuatro horas más tarde. ¡Hay que seguir el aire de los tiempos!- serían sus últimas palabras humanas.” (EUGENE IONESCO: Rinoceronte)
El acoso moral o Mobbing se ha convertido en una lacra laboral que últimamente azota con gran virulencia a los trabajadores/as de las administraciones públicas de este país, llegando a convertir el escenario donde se trabaja en un lugar donde se agolpan un día si y otro también los “muertos vivientes”.
El empleo de la fuerza es utilizado por los acosadores para resolver los conflictos, que ellos mismos han generado, anulando y destruyendo ya no solo al “otro” sino también a la familia del “otro”.
Este trabajador al que el acosador suele denominar “otro”, suele ser una persona con un gran sentido de la responsabilidad, de la honradez y del honor. Personas que no se dejan seducir por estos depredadores, cuyo único mérito ha sido intentar fagocitar a sus subordinados para convertirlos en unos piratas o en unos tiburones.
El depredador actúa de manera sutil provocando en el acosado un sentimiento de profunda frustración que en muchas ocasiones provoca insomnio, palpitaciones, jaquecas y un continuo malestar físico que se traduce en bajo rendimiento laboral, bajas laborales y una sensación de desamparo que incluso puede llevar, en los casos más graves, al suicidio.
En muchos casos el acosado, llega a sentir una profunda aversión o asco hacia su propio ser, culpándose de lo que le está ocurriendo y deseando que la situación por la que está pasando se extienda por la oficina para que alguien le ayude o le respalde en su sufrimiento diario.
Un reciente estudio afirma que la Administración Pública es el sector donde más casos de Mobbig se dan, debido sobre todo a que como “no se puede despedir a la victima, se le destruye”. Todo ello auspiciado por una serie de secuaces que en unos casos ven la posibilidad de eliminar a un posible competidor en un posible concurso “espurio” y en otros por que mientras acose a otra persona no me acosa a mí.
Este fenómeno, Mobbing, se da en instituciones de carácter público por su facilidad para provocar situaciones de conflicto, donde la jerarquía, el control y el poder priman sobre la productividad, la cooperación, la eficacia y la eficiencia, que por lógica debiera de ser la fuente de inspiración de la actividad de la Administración.
Fuente: http://www.xornal.com/article.php?sid=20080703191115&vote=4
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