El acoso psicológico consiste en la sucesión de episodios de maltrato psicológico por parte de una persona o varias durante un período determinado y frecuentemente. Su objetivo es anular, aniquilar y debilitar a la víctima a la que se considera una amenaza. El o la acosadora evita con esta estrategia que destaque y la lleva a cabo por ejemplo mediante críticas sistemáticas a su trabajo ya sea insultando o atacando su reputación con calumnias y/o rumores falsos.
Acoso no es que te echan la bronca en un momento determinado, sino una pauta que sigue una persona concreta con poder.
Se ejerce de formas diferentes:Con el objetivo de desconcertar a la víctima, el acosador o acosadores ponen en evidencia a la víctima. Le achacan errores, faltas o comportamientos sin importancia no dejándole desempeñar su tarea con normalidad. Así mismo, obstaculizan constantemente su labor u actos, la ridiculizan y hacen circular calumnias.
El acosador: narcisista, psicópata y paranoide•
Narcisistas: Tiene un concepto absolutamente inflado de sí mismo como compensación a un sentimiento de
autoestima inexistente; así vive engañado, pero al encontrarse con personas que valen, se ve confrontado con su realidad y desde que percibe una amenaza piensa que tiene que anular o eliminar a esa persona
• Psicópatas
organizacionales: Tiene una gran capacidad de seducción. Carece de normas morales; para él no existe el bien ni el mal, sólo lo que le beneficia o perjudica. Si un posible competidor puede hacerle sombra no duda en “cargárselo” porque, para él, "el fin justifica a los medios".
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Paranoide: Vive permanentemente a la defensiva. Piensa que todos están contra él y quieren su puesto. Aunque esto sólo existe en su cabeza para un paranoico es claro; así que desencadena ataques contra esos “enemigos” que son los que más valen.
Esa actitud del acosador afecta lógicamente a los mejores recursos humanos de las organizaciones, a los que no aceptan ser manipulados, a los que lideran y a los brillantes. Todo eso repercute en los resultados generales de cualquier empresa u hogar.
Y, ADEMÁS, Padecen de
MIA (“Trastorno por Mediocridad Inoperante Activa”. Es un mediocre que desprecia lo bueno, lo bello, lo grande, etc. Por esto es incapaz de valorar qué es bueno, malo, excelente, ineficaz.
Si un mediocre es un elemento que no tiene criterio propio y que cada vez sigue unos objetivos distintos, con el síndrome de
MIA es aún más peligroso porque, no sólo no reconoce la excelencia sino que la persigue con todos los medios a su alcance. Esto lo hace con dos
finalidades: progresar y no perder. En resumen, es un inoperante que no produce; es decir, no desarrolla creatividad, origina mucha burocracia que no conduce a ningún lugar y la hace cumplir a rajatabla.