Chantal Sébire apareció muerta esta tarde en su domicilio de Dijon (en el centro de Francia), según aseguró el periódico francés Le Monde citando al ministerio del Interior francés Ella ya no quería vivir más, pero no la dejaban hacer su voluntad. Hace dos días, un tribunal francés había rechazado el pedido de eutanasia activa solicitado por esta mujer francesa que sufría un tumor maligno que le había desfigurado la cara y la había dejado ciega.
En los últimos 20 años se han registrado en todo el mundo cerca de mil casos similares al de Sébire, la mujer diagnosticada con esta enfermedad incurable hace 12 años. Primero perdió el olfato y el sentido del gusto, y más recientemente la vista. El tumor no pudo ser tratado con quimioterapia
En las últimas tres semanas, el caso de esta mujer con tres hijos conmocionó a la opinión pública en Francia, donde está prohibida la eutanasia activa.
El lunes, el tribunal argumentó que su pedido está en contradicción con la obligación de los médicos de salvar vidas y también en contradicción contra el derecho penal que castiga la eutanasia.
La mujer había pedido un permiso para que su médico le pudiera administrar una dosis médica mortal. "Si no consigo en Francia medicamentos que preciso, los buscaré en otro lado", había dicho.
Pese a la negativa de la justicia, había indicado que no abandonaría su lucha por una "muerte digna". Tal vez no haya sido digna, pero la muerte finalmente le llegó.
En los últimos 20 años se han registrado en todo el mundo cerca de mil casos similares al de Sébire, la mujer diagnosticada con esta enfermedad incurable hace 12 años. Primero perdió el olfato y el sentido del gusto, y más recientemente la vista. El tumor no pudo ser tratado con quimioterapia
En las últimas tres semanas, el caso de esta mujer con tres hijos conmocionó a la opinión pública en Francia, donde está prohibida la eutanasia activa.
El lunes, el tribunal argumentó que su pedido está en contradicción con la obligación de los médicos de salvar vidas y también en contradicción contra el derecho penal que castiga la eutanasia.
La mujer había pedido un permiso para que su médico le pudiera administrar una dosis médica mortal. "Si no consigo en Francia medicamentos que preciso, los buscaré en otro lado", había dicho.
Pese a la negativa de la justicia, había indicado que no abandonaría su lucha por una "muerte digna". Tal vez no haya sido digna, pero la muerte finalmente le llegó.
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