13 nov 2007

Varón/mujer, que no "hembra"


Ahora el Parlamento de Andalucía aprobará en el Pleno de esta semana una reforma de su Reglamento para "adaptarlo a un lenguaje no sexista" y utilizaran las dobles formas. El texto se aprobará por lectura única y la proposición de reforma del Reglamento de la Cámara, suscrita por los cuatro grupos parlamentarios, se llevará a cabo para adaptarlo al denominado lenguaje no sexista.
En contra de la RAE, las dobles palabras -que ahora se llaman "variantes"- serán utilizadas en el Reglamento del Parlamento: "diputado/diputada o presidente/presidenta de la Junta o del Parlamento, al tiempo que para los plurales se utilizará el masculino". Dicen que esto es lingüísticamente correcto y que da un "tratamiento igualitario a ambos sexos, evitando el uso sexista del lenguaje".
http://www.lukor.com/not-por/0602/18122150.htm
De este modo se explica en la exposición de motivos que precede al texto articulado. Exposición cargada de expresiones lingüísticas que, alardeando de un profundo conocimiento del español, lo único que hace es enmascarar el desacato a la RAE afirmando que "los diversos recursos utilizados, tanto léxico-semánticos como morfosintácticos que se desviaran lo menos posible de las normas ortográficas y gramaticales de la Real Academia" (sic).
En resumen, la Presidenta de la Cámara andaluza, M.M. Moreno, como vaticinó en el discurso del 28 de febrero, hará lo que le apetezca –eso sí, protegida por el Paraguas de la Mesa del Parlamento y el de los servicios jurídicos de esta institución.
Y, para escamotear la barbaridad, se escudan en que "se ha tenido en cuenta lo establecido por el Consejo de Europa sobre eliminación del sexismo en el lenguaje". Dicen que utilizan esta medida para que "se considere y tenga en cuenta la presencia, la posición y el papel de la mujer en la sociedad, así como, en un ámbito más concreto, la armonización de la terminología empleada en los textos jurídicos con el principio de igualdad de sexos".
Para esta igualdad, el comité fantasma que asesora a la Cámara -nadie sabe quiénes son- recomienda, dice textualmente lo siguiente: “cuando la alternancia de género no se señala con el cambio del sufijo –o/-a, sino con sufijos o incluso palabras diferentes, han de aparecer ambos términos separados por la barra –actor/actriz, varón/hembra–. (Boletín Nº 734, de 8 de octubre). ¡Dice HEMBRA! y nadie dice nada. Por menos se montó un círio cuando el 23 de abril de 2000 se le concedió a Umbral el premio Cervantes.
Yo creo que el femenino de varón es MUJER, el de macho es HEMBRA, el de caballo es yegua, el de gallo es gallina. Y también hay sustantivos con género epiceno (palabras que, con el mismo artículo y la misma terminación, designan el macho y la hembra de la misma especie): el milano, la perdiz. Sobre este tema, seguiré otro día...

4 comentarios:

JCDO dijo...

Que tal soledad, se que es una persona interesada en el conocimiento, por eso necesito su opinión al respecto, le dejo el link

http://randomspirit-jc.blogspot.com/2007/11/la-felicidad-de-la-ignorancia.html

Anónimo dijo...

Estimada Soledad: Sus artículos suponen para mí una bocanada de aire fresco y de sentido común en una sociedad que tiende al pensamiento único, aun cuando éste sea estulto, frívolo y caprichoso. Sus criterios valen más por el hecho de ser mujer culta que se enfrenta a los prejuicios ideológicos que pretenden ahormar la lengua a sus estrechos postulados.

Al parecer y como tantas veces ocurre en la política, se afirma lo contrario de lo que se hace: La Mesa del Parlamento constituye un Comité de Lenguaje no Sexista para sexualizar la lengua. Donde antes había un sustantivo genérico acabado en -o que servía para englobar a los ciudadanos sin distinción de sexos, ahora se reduce éste al sexo masculino, teniendo que realizar el desdoble para aclarar que por ejemplo también se refiere a las diputadas.Esta caprichosa reducción del sustantivo genérico en -o al sexo masculino, no tiene precedentes en nuestra lengua y ocasiona multitud de desajustes de concordancia, pues los complementos han de aparecer en masculino si no queremos que se pierda la coherencia gramatical. Además convertiremos el texto en un auténtico fárrago en el que hay que repetir el desdoble cuando aludamos al sujeto mediante pronombres. También ocasiona problemas con el artículo pues éste aparece en masculino delante del sustantivo masculino pero no delante del femenino (ej. El diputado o diputada) por lo que hemos de suponer que el mismo artículo sirve para los dos sustantivos, dando como resultado "el diputada". Si el masculino es genérico en artículos y complementos, ¿por qué no lo es como sujeto? Desde un punto de vista lingüístico esta postura atenta tanto a la lógica interna de la lengua, como a su economía.

La proscripción de lo masculino les lleva a preferir evitar el sujeto si con ello eliminamos la presencia de lo que huela a hombre. Aconsejan el uso de impersonales y pasivas reflejas, cuando este tipo de construcciones está desaconsejado en cualquier manual que trate sobre el lenguaje jurídico y administrativo que ha de ser preciso y claro, explícito y coherente, unívoco y monosémico, sin ambigüedades ni connotaciones.


En esta misma línea de sobreponer los prejuicios ideológicos al buen uso de nuestra lengua, aconsejan sustituir el artículo masculino por un determinante posesivo ("la elección del diputado" por "su elección"), o por "quien-es" cuando va delante de un relativo (el que), aunque de nuevo el odioso masculino tenga que reaparecer en la complementación. Otro procedimiento es sustituir el masculino por una perífrasis ("el consejero" por "el titular de la Consejería"). En buena lógica con la degradación del masculino genérico a simple indicador de sexo masculino, cuando no haya más remedio que emplearlo, se procederá de inmediato a especificar que se refiere a los dos sexos no vaya a ser que creamos que se refiere sólo al sexo varón ("los trabajadores, tanto mujeres como hombres"). Desde ahora habrá que hablar de la evolución del hombre y de la mujer.


Ciertamente el Comité trabaja para eliminar el masculino de nuestra lengua en la medida de lo posible. Las cultas personas que lo componen deben estar bien recompensadas, pues de otro modo no entiendo que tales profesionales se encarguen de iniciativas que manifiestan en su origen la ignoracia de confundir género y sexo. Se quiere institucionalizar el error que además de sexualizar y llenar de redundancias nuestra lengua, excava un abismo entre los sexos que no creo pertinente en textos jurídicos y legislativos que deben tratarnos como ciudadanos sin distinción tal como dice nuestra Constitución. Sería bueno saber de quién parte esta iniciativa. En cualquier caso todos los grupos parecen dispuestos a votar esta propuesta con lo que nadie escapará a la irrisión de futuras generaciones.

marisa dijo...

dios mío, "sole", que antes de abrir la boca, por tu culpita me pienso hasta el femenino de las hormigas!! jeje, molan tus artículos.

Gallo Rojo dijo...

Pues usen diputador, presidentor en vez de los indicativos de género xD

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